Menos de tres horas en tren separan ya Madrid de Barcelona después de que se inaugurara el nuevo AVE el pasado 20 de febrero, dos meses después de la fecha prevista. Sin embargo, y a pesar de la puntualidad con la que los trenes están llegando a su destino, el trayecto de la estación a casa, en lo que respecta a Madrid, puede dar al traste con todo el tiempo ganado, si como denuncian las asociaciones del taxi no se solventan los problemas de acceso y salida de la estación madrileña de Atocha.

Nada que ver con la situación que se vivió esos mismos días en Barcelona, donde los dos meses de retraso en la inauguración del AVE parecen haber ayudado a que las infraestructuras hayan estado listas para recibir a los viajeros en la estación de Sants y facilitarles la labor de recogida de viajeros a los profesionales del taxi.

En cambio la zona de parrilla de taxis de Atocha que no ha sufrido ninguna remodelación en casi 30 años soportó la mañana del pasado 20 de febrero con la llegada del primer AVE de Barcelona, una de las jornadas más caóticas.
Ni la llegada del AVE, primero desde Sevilla, después desde Málaga, Zaragoza, Valladolid y ahora desde Barcelona han llevado a los organismos públicos de la capital a plantearse una reestructuración de la parada de taxis de la estación, según los dirigentes del taxi.

El primer día del AVE Madrid-Barcelona, a su llegada a la capital se pudo comprobar cómo efectivamente se cumplía lo que las asociaciones del sector llevaban tiempo anunciando. El caos en la circulación y las largas esperas tanto para los usuarios como para los taxistas demostraron que la actual parada de taxis no permite la circulación que una estación como es la de Atocha, que recibe no sólo cuatro trenes de alta velocidad, sino otros de largo y medio recorrido, así como todas las líneas de Cercanías de la Comunidad de Madrid, necesita.

A pesar que desde primera hora de la mañana hubo agentes de movilidad controlando el tráfico, el colapso no se pudo evitar e incluso se llegó a cortar la Avenida de Barcelona para impedir que el atasco llegara hasta la glorieta de Carlos IV y afectara a la circulación del Paseo de Recoletos.

El sector reclama reorganizar la parada de Atocha

Esta falta de previsión por parte del Ayuntamiento de Madrid viene siendo denunciada desde hace semanas por algunas asociaciones del sector, como la Federación Profesional del Taxi (FPT) o Agetaxi, que insisten en la necesidad de una reforma en dicha parada para evitar lo que finalmente ha terminado ocurriendo: que los pasajeros tengan que esperar casi una hora y media para poder coger un taxi.

Esta parada en la actualidad da cabida a unos 100 coches y según nos cuentan los taxistas, no se ha modificado «en 30 años». Sin embargo, en todo este tiempo y con la llegada de otros AVE, el aumento de viajeros sí que ha aumentado y ahora, con la nueva ruta Madrid-Barcelona, se espera que en horas punta sean necesarios entre «500 y 600 coches», una cantidad que dadas las características de la parada de taxis «es imposible que se pueda ofrecer».

Esto es por lo menos lo que se nos comenta desde la FPT. Su presidente, Mariano Sánchez, en declaraciones a nuestro medio, confirma que se les ha pedido tanto al Ayuntamiento de Madrid, que es el responsable de las vías urbanas y a Adif, a su vez encargado de la infraestructura de la estación, que tomen cartas en el asunto y proporcionen una solución a este problema, aunque de momento «lo único que hacen es echar balones fuera ya que nadie quiere hacerse responsable». Hasta ahora lo único que han conseguido es una reunión con el Ayuntamiento para intentar llegar a un acuerdo y buscar una solución.

El mayor problema que ven, nos explica Sánchez, es un semáforo de corta duración que retiene a los vehículos cuando intentar salir de la estación y que colapsa la salida y la entrada de taxis a la parada. Para ello consideran oportuno que se envíen agentes de movilidad que controlen la situación en horas punta, y se suprima así el semáforo, ya que consideran que en la situación actual «el único perjudicado es el usuario» que tiene que esperar más, entre 60 y 90 minutos, para poder coger un taxi.

Barcelona recibe el AVE con todo a punto
Mientras en Madrid la situación es caótica y problemática, en Barcelona ocurre todo lo contrario. El hecho de que la llegada del AVE haya sido muy esperada por todos, tenía que haberse inaugurado el 21 de diciembre de 2007, parece haber ayudado a que las infraestructuras hayan estado listas para recibir a los viajeros en la estación de Sants y facilitarles la labor a los profesionales del taxi.

Miguel Tomás, presidente del Sindicat del Taxi de Catalunya (STAC) ha valorado la llegada del AVE a Barcelona de manera «positiva para el sector» y considera que las medidas que se han tomado para facilitar la labor de los taxistas son «buenas», como lo ha sido «la ampliación de la parada», que tiene capacidad para 140 vehículos, cuando en la anterior sólo podía haber alrededor de 20 taxis.

Sin olvidar que la parada de taxis de Sants «no sólo da servicio al AVE, sino que también ofrece servicio a los pasajeros de trenes de largo recorrido o a los de Cercanías», en la actualidad según Tomás, «hay suficientes taxis» para poder dar un buen servicio a los usuarios, ya que los cálculos que manejan estiman que la demanda será de «entre 110 a 120 taxis cada vez que llegue un AVE».

A diferencia de Atocha en Madrid, donde los problemas de espacio impiden que haya más taxis en la parada, en Sants no hay «ningún elemento que entorpezca la salida de vehículos, hay salida libre y los coches pueden incorporarse a varias calles, ya se dirijan a Hospitalet o a Barcelona, no es una sola calle por la que hay que salir de la estación, por lo que no hay problemas para acceder a la ciudad», afirma Tomás.

El buen entendimiento entre Ayuntamiento y taxistas ha hecho posible que a día de hoy la parada funcione correctamente. Miguel Tomás nos explica que «en Barcelona hay una Comisión de Sostenibilidad y Viabilidad de la circulación que se reúne periódicamente y se habla de todos los temas que afectan a la circulación en general y al taxi en particular.